En la última sesión trabajamos las tres referencias fundamentales de la narración: una voz (la persona que cuenta), un tiempo
(referencias: un momento de la vida del protagonista, una tarde, el
comienzo de una estación; y duración total: cincuenta años, una
jornada…) y la acción, es decir, los movimientos de los personajes en un escenario.
El ejercicio que se propuso fue escribir un relato en el que uno de los personajes se dirija al escritor.
Este texto, Pedido de un personaje secundario a su escritor, de María Angélica Yasenza, es un magnífico ejemplo.
Pedido de un personaje secundario a su
escritor
Estoy nuevamente atascado en otro libro,
otro personaje. Cómo me gustaría tener al escritor frente a mí. ¿Qué le diría?
Sáquese de la cabeza por favor su postura
con respecto a mi persona.
¿Creerá que haciéndome más malo conseguirá
la fama?
En sus narraciones, estoy perdiendo los
pocos amigos que tengo. Termino siempre solo. Ebrio, desaparecido o muerto.
Quiero dejar de enemistarme con todo el mundo, de generar odios. Quiero una vida
normal, hacerme amigo de los perros callejeros, contarles mi vida, que soy una
buena persona y ellos me entenderían. Usted puede lograrlo. Usted puede lograr
todo. Es el Dios que me ha tocado en suerte.
Quiero que se disculpe por la vida que me
ha inventado. La gente que no tiene culpa, tiene algún problema.
Quiero que por una vez la literatura me
salve, que no me condene. Enamorar a alguien. Sacar mi cabeza por la ventana y
que el sol me pegue en la cara.
¿Acaso no hubo otros que tuvieron alguna
oportunidad? Dorian Grey, por ejemplo.
¿No hubo un atisbo de redención en Mr.
Hyde?
No quiero más ambientes lúgubres para mi
vida.
¿Usted puede escribir algo así?
Si no puede, le pido que me permita
alejarme. Al fin y al cabo, la Literatura no lo es todo y yo soy un engendro de
su intelecto y de sus problemas más ocultos. No me condene más.
Maneje su psiquis de otra manera. Yo no
puedo ser el chivo expiatorio de su vida.
¿Hay gremios para personajes? No lo sé,
pero debería haber algún proyecto de ley que nos defendiera. Además somos una
creación suya. No tengo alternativas, pero haría una huelga de letras caídas si
pudiera.
Gracias
por escuchar mi protesta, si realmente pude tocar la fibra de su intelecto.
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