El robo misterioso
Érase una vez dos novios en una casa.
Eran las tres de la mañana y escucharon un fuerte sonido. Derek, el chico, fue a ver qué pasaba pero solo era una tormenta. A las cuatro de la mañana escucharon un ruido todavía más fuerte y Derek fue a mirar por la ventana, pero ya no había tormenta.
Derek, asustado, volvió a la cama. Al despertarse a las 08:00 de la mañana para ir a trabajar fue a su garaje para coger el coche y no encontró su coche. Preocupado, le preguntó a René, la novia, que si había cogido el coche. Pero, ella extrañada por la pregunta, le dijo que no y le preguntó:
-¡¿Por qué?! ¡¿Qué ha pasado?!
-¡Mi coche no está en el garaje!-contestó
Derek rápidamente cogió el teléfono y llamó a la policía.
-¿Sí, dígame?
-Hola, policía, me han robado el coche. Quería saber si podrían investigar el caso.
La policía buscó pruebas y lo primero que encontró fue una pisada. La analizaron y era de un tal Fred Ferborn.
Buscaron a Freborn hasta que lo encontraron y lo interrogaron. Las huellas de su zapato eran exactamente iguales que las del garaje. Encontraron otra prueba en la camisa de Ed y la analizaron: era un cristal de un faro roto y tenía una huella dactilar. Era la de Freborn y lo volvieron a interrogar pero no soltó ni una sola palabra. El faro pertenecía a un Ford Focus matrícula XXXX 375. Ese coche era exactamente el de Derek así que unieron la parte del faro roto.
Después, la policía llamó a Derek y al salir del trabajo, ilusionado, cogió el coche y volvió a casa.
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