La vida de la gente, en Jubilee como en todas partes, era aburrida, simple, asombrosa e insondable... cuevas profundas cubiertas de linóleo de cocina.
Bastan estas pocas
palabras para reconocer el talento de una espléndida narradora y
colarse en la vida de Del Jordan, una chiquilla que vive con sus padres
en el pueblo de Jubilee.
Del empieza contando su día a día, su
relación con la familia, los vecinos y los amigos, y pronto descubrimos
que esa niña sabe observar el mundo y sacar buen provecho de lo que
ve: compadece la poquedad del padre, admira el arrojo de la madre, que
deja la granja para dedicarse a vender enciclopedias por los
alrededores, y comprende que tarde o temprano llega el momento en que
hay que elegir entre una risueña mediocridad -hogar, iglesia,
matrimonio, hijos- y otras opciones más interesantes y arriesgadas. Ese
descubrimiento es también el de la vocación literaria, una suerte de
llamada, de deber para con el mundo.
Reseña:
«Lo asombroso es ver que hace cuarenta años Munro estaba ya en posesión y pleno dominio de su hermoso instrumento verbal, por encima de todo eficaz, que ahora me parece único. Y envidiable.»
Robert Saladrigas, Cultura/s, La Vanguardia.
El próximo miércoles 7 de diciembre a las 19:00 horas nos reuniremos en Lingua Malacitana (Avda. Duque de Ahumada, 11. Edificio Marbella 2000. Local 11) para comentar todo lo que nos ha reportado la lectura de este premio Nobel.
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